domingo, 6 de abril de 2008

GLOSA DEL MAS ACA


GLOSA DEL MAS ACA


Voy al trabajo a anunciar mi inusual y particular situación, un telegrama demora mucho y el tiempo es corto, tuve una afrenta con mi jefe, pues en su interés unilateral, me objetó que mi muerte no es suficiente excusa para abandonar el trabajo, y aunque no lo comparto tiene cierta razón, si ya trabajaba pareciendo muerto porque no hacerlo al invertir situaciones, al parecer, el orden de los factores no altera el producto.
Ya mi mañana de medio vivo, medio muerto estaría terminando, pararía a desayunar en el café de la esquina de casa, y abusando un poco de mi situación onírica, pediría algo mas de lo usual, y advertiría que me disculpen, no traigo dinero, pagare mañana. Esa situación de consumo podría reiterarla a lo largo del día, además a un muerto se le perdona que no sufrague sus deudas, o no?. Voy a casa, rastreo servicios velatorios cerca de ahí.
El jefe me otorgó permiso “mortuorio” solo por dos horas, aduciendo, que al fin y al cabo perezco mañana y no hoy. Termino mi jornada laboral, son las dos de la tarde, salgo apurado hacia casa, pierdo casi media hora, el tráfico y los piqueteros no son compasivos con mi condición. Morirse es bastante costoso, hago cuentas y no llegó ni al ataúd, el empleado audazmente me ofrece pagarlo a tres cuotas sin interés, con sumo gusto acepto, el asunto de mi nueva vivienda quedó solucionado, ya son cerca de las cuatro, me dirijo a la escuela.
El portero esta vez no pregunta adonde voy, a esta hora soy más fantasmal que corporal, subo las escaleras y golpeo en el departamento de alumnos. Ahí explico mi situación actual, ellos replican e intentan ayudarme, sugieren, aconsejan, aplazar mi situación de mañana a tres años después. Tanto esfuerzo y dedicación para entrar acá, el coloquio, para que abandones por esta necedad. Yo respondo: mejor busquen un reemplazante, y salgo a clase.
Al contrario de la sensación temporal de conocer el fino hilo entre vida y muerte , las clases parecen eternas, escucho muy poco, y para finiquitar, curso hasta las once de la noche, ¿Cómo un muerto vivo puede cumplir con sus obligaciones de defunción, si sale tan tarde de la facultad?. El día está por finalizar, destapo esa cerveza que pagaré dentro de cuarenta y ocho horas , pienso: espero también la encuentre donde carajos sean el espacio y tiempo de muerte, disfruto mucho la cerveza. Salvo por el ataúd, mi día no tuvo grandes diferencias.