miércoles, 15 de julio de 2009

LA CAJA DE PANDORA


No sé como comenzar; en realidad sí pero no me quiero acordar. Desde que pasó , todo ha ido de mal en peor. Todo por mi maldito ego, es como saber que tienes a un animal en vías de extinción en tu casa y que es solo tuyo; la tentación es grande.
Yo al principio no sabía y hasta llegué a pensar que no le atraía. Ojalá hoy fuera así, sería todo más simple.
Cada noche yo iba y ella parecía un pulpo, sacaba manos de donde no había, que no, que más lento, que había pasado muy poco tiempo. Y yo paraba cuando me miraba con esos ojos tan inocentes.
Claro, Yo en ese entonces no sabía al monstruo que estaba creando, el Mr. hyde que estaba descubriendo, que estaba moldeando y por supuesto me enojé y le dije: no más! , Si no quieres estar conmigo no te puedo obligar! , y ahí justo lo tuve que escuchar: no es eso, es que no se como decirlo soy una chica especial, soy virgen. Sí tal como lo oyó, soy virgen, tenía 30 años y era virgen.
Esto lo había cambiado todo, yo caía en un pozo de depresión peneniana. Me había resignado y vislumbraba lejana y casi utópicamente el poder conquistar ese pedazo de tierra aun no conquistada. Y fue cuando me lo dijo: pero quiero hacerlo contigo, malditas palabras, ahora prefiero no haberlas escuchado nunca!.
El primer paso fue presentarle a mi “amigo”, mi compañero fiel. Primero lo vio de perfil, de re ojo. Yo decididamente tome su mano y la puse ahí.
Y como siempre una vez más me sorprendía. Me dijo: yo pensé que era más feo, pero si es re lindo; me gusta jugar con él. Luego fue darle besos, y tocarla en cualquier lugar: en el supermercado, la parada de bus, en ese punto cualquier persona medianamente inteligente se hubiera dado cuenta, y para terminar de graduarme de imbécil la incentivé y la motive más y más.
Hasta que un día llegó el momento y estuvimos. Su flor y su pureza se habían ido gracias a mí. Empezó mi suplicio, lo hacíamos en todas partes, a cualquier hora y créame, en dos semanas baje como cinco kilos. Pero ella era insaciable, devoraba todo a su paso, me tocó hasta en lugares que yo no sabia que existían. Me deshidrataba, no podía rendir ni en el trabajo ni en la universidad, solo podía comer y dormir, el resto del tiempo…….
Perdón que me ponga así pero estoy mal, muy mal. Sus ojos ya no son como los de antes. Me llama por teléfono y cuando no atiendo llama al de mis amigos, hasta en el facebook me hizo una pagina.
Lo único que pido es ayuda, para cerrar de una vez por todas esa maldita caja de pandora!