jueves, 11 de octubre de 2007


UNA FANATICA ARROLLADORA


Hace un par de días, escuché una noticia, sin el desmesurado dramatismo, calidad, ni elementos necesarios, para despertar gran interés general. Sin embargo, tal vez fue la iniciativa de escribir esta nota, mi ausencia de creatividad, o la situación irónica, revivida en ese instante, que terminó impactándome la información recibida. Una joven de quince años, fanática de un grupo de música tropical, mas puntualmente de un genero poco acertado “cumbia villera”. Fue muy difícil catalogar el intento de música de este grupo dentro de un género, pido disculpas a esta suntuosa, grande y golpeada señora, del genero tropical, por insertar pequeños hijos no deseados, de mal comportamiento y muy mala educación que han nacido en la ultima década de forma abismal, recibió un fuerte impacto de una camioneta color blanco, arrastrando su cuerpo, junto al celular con cámara, imprimiendo sobre la pequeña pantalla de plasma, un vidrio enteramente negro, que impedía el contacto visual con sus ídolos, pero que su presencia traslucía, trasmutaba, sobre estos bloques de vidrio, sus ilusiones acarreadas, golpeadas, y ulteriormente olvidadas, sobre una calle, un asfalto y un farol como testigo pasivo.

No sé en este mismo instante, cual fuel motor principal, ni los personajes principales de aquella peripecia, es mas, confieso públicamente en esta nota, por un instante, confundí los roles e imputaciones de las personas involucradas. ¿Que era peor?, esta adolescente fanática fuera arrollada a causa de su cenáculo favorito, o, si la foto salió movida, o mas bien esa camioneta blanca huyendo, trasportando a la banda, fue comprada por los miles de discos, recitales, camisas y afiches consumidos por esta jovencita y cientos mas de adolescentes, con 2 dificultades bastante acentuadas: Su falta de buen gusto musical, y más sobresaliente con esta anotación, su falta de intuición, en momentos claros de peligro.

¿Quién es más culpable?, El grupo musical, abandonando la escena del accidente, o más bien la fanática, que con sus quince pesos compró el disco( si fue mas de aquel importe, además fue estafada económicamente), ayudó, colaboró con la compra del vehículo que luego seria su Némesis, o finalmente, los culpables son los dos, ella, por procurar acercarse demasiado al automóvil, tratando de imprimir la imagen en su celular, fallidamente (cuando se ha visto a un cantante salir en un automóvil convertible luego de un recital), o ellos que aducen no haber escuchado el leve ruido que haría un cuerpo de mas de 50 kilos sobre una camioneta, de antemano quedan sobre advertidos los jóvenes limpia vidrios en las esquinas de la ciudad, si por asomo, está empapando dentro del pequeño balde con agua gris y jabón, la esponja a punto de jubilarse de cientos de lavadas, observa esta camioneta blanca, mejor piénselo, son veinticinco centavos que no sabe si va a recibir, sumado con la ausencia de sentidos de estos músicos con los cuerpos humanos cerca de los autos, seria un cóctel desastroso.
Esta pequeña fan sobrevivió, el grupo agredido por los medios de comunicación, y las seguidoras solo hablan y defienden a sus ídolos mal dotados artísticamente. Me atrevo a decir, ella los perdonará, ellos no lo sabrán, y tampoco les competerá , una fanática mas, una fanática menos, cual es la diferencia, solo espero y aspiro, por bien a esta nota y tiempo dedicado escribiéndola, que tenga un final de acorde con la situación. Que más puedo referir, un grupo precario musicalmente, peor aún , fanáticas de aquel grupo ( no sé que es peor, el accidente sucedido, la existencia de obcecadas al grupo en cuestión), una historia, irónica, bizarra y poco cultural.